Oh rió Isabela quien te viera, ayer vestido de gloria floreciente, admirado y visitado por todos.
Brindabas tus profundas, hermosas y frescas aguas para el progreso de la nación, en la economía, la pesca. Industria y recreación.
De pronto todo como brisa en un desierto, se van tiñendo tus aguas, comienza tu infierno.

Confabulaciones malditas deseos que se ocultan tras las industrias, los que se llaman capitalistas.
Industrias, cañadas, malditas industrias, aguas negras que matan, industrias, se muere el río Isabela por los malditos capitalistas.
Tiran sus desperdicios sin ninguna compasión todos los barrios van muriendo, la fiebre, si la fiebre tifo hijo, si, tiene la fiebre tifo que trae ese río.

Inocente eres, no sufras rio querido, que bonito eras cuando acariciar actúan como sombra de muerte, mira como te han quitado la vida.
Sé que e inocente de contaminaciones y enfermedades que atacan a los míos, esas fiebres tifo, tuberculosis, paludismo, difterias, tétanos y tos ferina no son la que tu quieres brindar.
Comprendo río querido que estas gentes no te pueden ayudar. Estas gentes no protestan porque le han quitado sus pies, sus manos, le han tapado la boca, eso no pueden ayudarte.

A nosotros Isabela, nos gusta vivir aquí para recordar por siempre como tan lentamente te vimos morir. Por eso no luchamos contra la insalubridad, la destrucción, sentimos que la vida se nos marcha pero no reclamamos.
No hay quien pare la gran destrucción. Por esas ocho cañadas que llega la contaminación.
Esas manos criminales que han envenenado tus aguas, solo pena y angustia en ti han dejado.
Ya no hay vida en ti río Isabela, nada queda solo muerte te han entregado.
Malditos aquellos que te hicieron morir de esta forma cruel y vil.
A mi gente le voy a decir, que si no enfrentamos la contaminación, como el río Isabela vamos a morir.